domingo, 14 de junio de 2009

1er Concurso de Relatos Hotel Villava: Campaña

Campaña

Vivo en una tienda de campaña en el dormitorio de mis padres. Los domingos por la
mañana, si me levanto, churritos fijo. Es lo que tiene el vino de polvos y no haberse
independizado aún. Aunque, una vez puse la tienda frente al ayuntamiento, pero por la
mañana un guardia bastante feo y de muy mal talante, me preguntó ¿Qué coño hace
usted aquí? Yo contesté que podía tutearme y que si esto era Luxemburgo. Iba a añadir
que me había extraviado e incluso que si le apetecía desayunar, cuando me pegó un buen
porrazo. Los siguientes tres días los pasé en una celda, jugando al veo veo con los
compañeros. No gané ni uno solo de los bocadillos de mortadela con aceituna que nos
traían a la hora de merendar.

Hasta aquí mi primera experiencia fuera de casa. Luego tuve otras más gratificantes,
como aquella en que por descuido, me quedé dormido en una caja de embalar y aparecí
en un lujoso hotel acompañado de una travestí brasileña muy guapa. “Se ao senhor –
parecer bem,. . . “ y se soltó con entrenada lascivia los tirantes del... A mí, parecerme,
me parece bien, vamos más que bien, y a continuación solicité algo intimidado, si podía
prepararme un bocadillo de sardinas recién pescaditas del minibar. La leona rugió de
risa, tanto que el maracaná y el sambódromo juntos parecieran juguetes, ¿sardinhas em –
lata, eh? y suspiro con más lascivia contenida. Luego, por sílabas, acariciando cada una,
con reproche de paladar selecto, pronunció: “é um de-pra-vaaaaaa-do”.” “Eu sei que vou
te comer”. Me estaba dando mucho miedo y cuando propuso pagar la cuenta de lo
consumido en el hotel y quedarme a vivir en su bonito apartamento de Bahía, salí a
tomar aire, y mareado caí por la terraza. En el hospital conocí a Helga Herfkens, mi
actual mujer, nos casamos en breve y demostró su amor, viniendo a vivir conmigo. De
momento, la hemos puesto en el balcón para tener más intimidad (la tienda se entiende).
Helga es buena y muy simpática y da gusto verla comer arenques ahumados de un solo
bocado. Estoy loco por ella. En verano nos instalaremos definitivamente en Bahía...

Francisco Antonio Rodríguez Heras

2 comentarios:

Muchas gracias por participar!